ABSTRACT

En el presente blog se intenta la participación de todos aquellos que hicieron y hacen a la historia de la Escuela de Cadetes "General don Martín Miguel de Güemes" de la Policía de Salta. Alumnos cadetes y aspirantes, profesores, instructores, jefes de cuerpo, jefes de estudio, directivos, médicos, enfermeros, administrativos, personal de maestranza, etc. El propósito es recomponer la historia del establecimiento que ya cumpliera 50 años de vida. Si usted desea participar, mandando un texto para publicar o fotografías, puede hacerlo al siguiente correo electrónico: mraurquiza@hotmail.com y será bienvenido.



viernes, 30 de abril de 2010

ENTREVISTA AL COMISARIO (R) DON LUIS E. APARICIO

(24-01-2007, horas 20,00 en Bº Casino, Ciudad de Salta)

P: -Buenas tardes… ¿Me podría decir su nombre por favor?
Aparicio: -Luís Ernesto Aparicio.

P: -Señor Aparicio, tengo entendido que usted fue uno de los primeros Instructores y el primer Jefe de Cuerpo de la Escuela de Policía “General Güemes”. Lo que quería preguntarle en primer lugar era: ¿De que Fuerza proviene usted y a que año ingresó a la misma?
Aparicio: -Bueno, yo provengo de la Institución Ejército, mi arma es de Ingenieros, mi especialidad motorista blindado. Realicé mis actividades en Campo de Mayo, también en un Batallón de Zapadores Motorizados de Santa Fe; en el 12 de Infantería y en un Batallón de Zapadores Motorizados de Paraná (Entre Ríos).

P: -Bien, ¿En que año ingresa a la Policía de la Provincia de Salta?
Aparicio: -Después de haber salido de la institución ejército, ingreso a la Policía de Salta, previo capacitarme como radio telegrafista. Rindo examen y entro como Oficial de Comunicaciones a la Jefatura de Policía. A los dos o tres meses, el señor ELIAS BOLEAS que en esa época se lo había nominado como primer Director de la naciente Escuela de Policía, me pidió que aceptara mi traslado a la Escuela de Policía. En esa oportunidad ya atravesaba el año 1959. Luego de haberme trasladado a la Escuela de Policía, me designa como Jefe de Cuerpo.


P: -Cuando era Jefe de Cuerpo ¿Recuerda el nombre de algunos instructores que estaban con usted, desde el año ’59 en adelante?
Aparicio:-Bueno, los primeros instructores que tuvo la escuela, eran oficiales que provenían del medio civil, no eran oficiales de escuela. Estaban un señor DEL CORRO, el señor ALARCON, estaba el señor CARDOZO, el señor ROQUE GARCIA y el suscripto.

P: Don Aparicio, otra cosa… ¿usted recuerda que materias se dictaban por aquellos años?
Aparicio: Las materias que se impartían en la Escuela, eran Derecho Penal, Derecho Procesal Penal, Técnicas Policiales, Organización y Reglamento, Práctica Sumarial… y después las materias militares: Tiro, Gimnasia, Orden Abierto, Orden Cerrado y Equitación…

P: La práctica de Equitación. ¿Dónde la hacían?
Aparicio: En el Escuadrón de Caballería de la Policía que en ese tiempo se encontraban en el predio de la cárcel de Villa Las Rosas.

P: Y los Bomberos, ¿dónde quedaba el Cuerpo?
Aparicio: Y los Bomberos estaban en la Jefatura de Policía, estaba el Cuerpo de Bomberos y estaba el Taller de Mantenimiento…

P: Con respecto al edificio de la primera escuela, de la esquina de Lavalle y Tucumán o Lavalle y Uriburu como mencionan algunos, ¿recuerda quien era el propietario?
Aparicio: Bueno, cuando el mentor de la creación de la Escuela de Policía, el Comandante Principal SIERRA, lo designa al primer Director, señor BOLEAS, le comisiona para que consiga un local donde debía funcionar la escuela y, como BOLEAS era muy asiduo a la sociedad salteña, conocía al señor LOPEZ, que vivía en la calle Catamarca y San Martín, justo en la esquina, éste era propietario de una casa de adobe, una casa antigua que había sido un casco de estancia en la calle Lavalle y Tucumán, justo en la esquina. Allí se desarrollaron las actividades de la escuela. El edificio contaba con un dormitorio, un baño, una habitación para los Oficiales de Semana, una Jefatura de Cuerpo, la Dirección, Secretaría, una Sala de Armas, un Comedor, una Cocina que funcionaba a leña, un Depósito de Víveres. Después había un gallinero que servía para proveernos de carne y huevos…

P: ¿Cómo era la vida de los Cadetes en esa época?
Aparicio: Con relación al sistema interno, ellos, los Cadetes, en sus albores, tuvieron que traer de sus casas los colchones, mantas, sábanas, toallones, toallas y el equipo de ropa interior para poder desarrollar sus actividades. La vestimenta provista por la Policía para que desarrollen las actividades militares, como Cadetes, eran ropas dadas de baja de equipos que entregaban los agentes que se iban de la repartición. Esa ropa vieja la sabíamos zurcir con un sastre que tenía la escuela y, bueno, esa era la ropa que contaban los cadetes para desarrollar sus actividades militares. Cuando ya se cimentó la escuela, se exigió que los cadetes salieran con ropa de gala o salida. Esa ropa era el uniforme que utilizaba el personal de cuadros, los agentes, suboficiales y oficiales. Con el tiempo llegó una invitación de la Policía de Santiago del Estero, de la Banda, invitándonos para la inauguración de un mástil. Oportunidad en que la Jefatura de Cuerpo creyó conveniente en dotarle al Cuerpo de Cadetes un uniforme más aceptable del que tenían. Entonces el suscripto dibujó en una cartulina una chaquetilla azul, un pantalón gris arena con una franja azul que iba al costado y presentó esa inquietud al Comisario General VEGA que era Director de Seguridad, éste Oficial Superior me contestó: “¿Con qué quiere que compremos uniforme? si la Escuela de Policía no existe, no tiene presupuesto” Entonces como yo ya había hecho gestiones en la Tienda “La Mundial” con gente conocida, habíamos quedado en que nos íbamos a hacer dicho uniforme, pero por cuenta propia, o sea que los primeros uniformes ya oficializado del Cadete se lo hizo a crédito, tanto Oficiales como Cadetes pagaron cada uno su uniforme a crédito. Con ese uniforme fuimos a Santiago del Estero. El cinto dorado se lo hizo traer de Buenos Aires y la hebilla del mismo, pertenecían al cinto que utilizaban en el Colegio Militar de la Nación.


P: Que hermosa anécdota que acaba de contar sobre cómo nace el primer Uniforme de Gala o Servicio Especial de la Escuela de Cadetes; una anécdota desconocida que sorprenderá seguramente al lector. No solamente usted, como Jefe de Cuerpo, incluso tengo entendido que ha llegado a ser Sub Director de la Escuela de Policía, ha sido el primero en este tema sino también en otros: tengo entendido que la escuela hizo su primera gira a otras provincias, incluso trascendiendo la frontera del país a la vecina y querida República del Paraguay. ¿Qué me podría contar con respecto a esto?
Aparicio: Lo que yo estoy contando, son hechos que están apoyados, refrendados por documentación que yo tengo y que en varias oportunidades he tenido intensiones de entregarle a la institución, pero que por un motivo u otro quedó pendiente. Contar lo que usted me está pidiendo me pone medio en un brete. ¿Porqué? Porque todo lo que se hizo, todo lo que le estoy respondiendo y contando me cayó a mi la responsabilidad y el viaje que usted dice de la salida de nuestra querida Escuela de Policía a la República del Paraguay, fue después que se lo sacó políticamente al señor BOLEAS que era el Director, quedando la escuela prácticamente con una persona designada como Director y que respondía al grupo político del momento.


Entonces como no cuajaban los conocimientos de esta persona con la mecánica de conducción de la escuela, me tuve que hacer responsable de dicha conducción y solicitando a las autoridades correspondientes, permiso para hablar con el señor Cónsul del Paraguay, para que consulte a las autoridades de su país si era factible que nos reciban en Asunción. Lo que al poco tiempo el señor Cónsul MELGAREJO LEDESMA envía una nota diciéndome que las autoridades del gobierno de la República del Paraguay aceptaban de muy buen agrado la visita de la Escuela de Policía de Salta. Para llevar a cabo tal fin, tuvimos que poner cada uno plata del bolsillo o sea que toda la promoción que se recibió ese año tuvo que pagarse el viaje, inclusive también los Oficiales. En esa oportunidad fui yo a cargo de la escuela como Director Interino, porque la persona del Director no quiso ir. Así comandé al Cuerpo de Cadetes de esa época al Paraguay. Nos fuimos de acá en tren a Embarcación, de allí en tren a Formosa. En Formosa nos recibieron la Policía de la Provincia, muy bien, un trato que uno no olvida nunca. Incluso nos pusieron vehículos hasta la ciudad de Clorinda donde cruzamos en balsa hasta el Paraguay. En la orilla paraguaya estaba una formación de la Escuela de Policía del Paraguay con su Director que nos dieron la bienvenida y nos alojaron en la escuela, los oficiales ocupamos la pieza de oficiales y los cadetes una compañía. Posteriormente se nos hizo una invitación para saludar al Jefe de Policía, General DUARTE VEGA, luego se nos presentó al Estado Mayor de la Policía del Paraguay, o sea Directores de Investigaciones, de Seguridad, etc., etc. Y posteriormente, el señor Presidente de la República, Teniente General STROESSNER nos invitó para que lo visitáramos, oportunidad en que el suscripto agradeció las atenciones que se nos brindaban, haciendo una invitación recíproca para que la Escuela de Policía del Paraguay nos visitara.


P: ¿La prensa tomó conocimiento de este viaje? Me refiero a la prensa salteña del momento.
Aparicio: La prensa salteña tomó conocimiento cuando viajamos y posteriormente al regreso, suministrándosele antecedentes de la visita al Paraguay, e incluso se les hizo saber sobre el Baile de Gala con Elección de la Reina de la Escuela de Policía que hicieron en Paraguay donde asistió la delegación salteña.


P: Ahora quería saltearme un poco en el tema de la escuela para introducirnos en la Marcha del Cadete. Tengo entendido que usted es el autor de la letra de dicha marcha, de la música ¿quién es el autor?
Aparicio: Bueno, la historia de la marcha del cadete data del nacimiento de la escuela, lo que ocurría es que nadie se animaba a escribir la letra, siempre rondaba en que el señor Director BOLEAS iba a hacer la letra de la Canción del Cadete, pero siempre quedaba en eso, que pasaba el tiempo y pasaba el tiempo, hasta que un día, creo que fue en 1962, después de haber terminado las tareas nos dirigíamos con el Oficial Ayudante CANSINO hacia nuestros respectivos domicilios por calle Tucumán hacia la Pellegrini. Era época de invierno, íbamos hablando relacionado con la marcha del Cadete y decíamos: “si, dice que la va a hacer y no la hace el señor BOLEAS” entonces fue esa casualidad y el gran amor que voy a llevar siempre de la escuela, y entonces miré hacia las montañas que se encuentran hacia el oeste y las cúspides estaban cubiertas de nieve, entonces le digo al Oficial CANSINO: -“¡Yo le voy a escribir la marcha de los Cadetes!”. Como éramos compadres, CANSINO me dice: -“Eh, compadre que va escribir usted.” Paramos nuestras bicicletas y ahí fueron las primeras frases que escribí: “Cual cóndores titanes de las cumbres, de miradas profundas y avizoras, los gallardos Cadetes de esta Escuela, son guardianes del orden y custodios.” Esa fue la primer estrofa que escribí, ahí en la calle, en la esquina de Tucumán y Pellegrini. Y bueno, de ahí seguimos, cuando llegué a mi casa hice la otra parte y, cuando volví a la escuela, no me acuerdo si fue esa tarde o al día siguiente y le exhibo el escrito al Director señor BOLEAS quien me contestó: -“¡Eso no sirve para nada!”. Le digo: “Yo creo que esto sirve, ya le voy a demostrar que sirve. Pero yo quiero que usted me de la palabra, señor BOLEAS que usted va a ir cuando yo le pida que vaya a escuchar la Marcha de los Cadetes”. Posteriormente esa letra se la entregué al Director de la Banda de Música de la Policía. El le hizo la métrica de la letra y a través del músico SALVADOR le hizo la música. A los pocos días me hace llamar el Director de la Banda, cuando voy encuentro a la totalidad de la Banda formada en el salón donde desarrollan sus actividades y me hace escuchar la canción del Cadete. Entonces le digo: “Detenga un momento que yo quiero que ahora el Director de la Escuela lo escuche”. Y el Director en ese momento ocupaba doble cargo, Director de la Escuela y Director de Seguridad. Entonces voy a Seguridad y lo llamo a BOLEAS y juntamente vamos al salón, pero ya habíamos quedado con el Director de la Banda que cuando nos vean aparecer con BOLEAS diera inicio a la Marcha del Cadete. Y así fue. Y bueno, lo que contestó después de haber escuchado la música y la letra, el señor BOLEAS quedó convencido de que había nacido la Marcha del Cadete. Eso quedó en los anales del recuerdo. La Marcha del Cadete tiene los siguientes autores: Letra, Oficial Principal don LUIS ERNESTO APARICIO; música, señor SALVADOR SOSA, músico de la repartición.


P: Esta autoría que se acaba de mencionar, figura en el primer folleto donde se promocionan las actividades de la Escuela de Policía “General Güemes”, como testimonio de la veracidad de lo mencionado por el entrevistado. Bueno don LUIS APARICIO, muchas gracias por su gentil entrevista y su cordial atención.
Aparicio: Soy yo el agradecido, y a pesar de que hace muchos años me retiré de la repartición policial, siento un gran amor por la institución y la Escuela de Cadetes. Esto me hace acordar cuando hicimos el curso en la Escuela Superior de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en la oportunidad, el señor Director de esa institución educativa policial dijo que de todos los antecedentes que el contaba, la Policía de Salta era una de las mejores policías del país. Lo que no olvidaré, porque lo dijo ante todas las delegaciones de las policías del país.

2 comentarios:

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  2. Muy buena la entrevista. La verdad las anecdotas tienen un valor historico incalculable. Si bien soy suboficial, comparto ese cariño por esta escuela que hoy es mi lugar de trabajo y a la que dia a dia le ponemos nuestro granito de arena para hacer de ella una Escuela que sea el orgullo de la Institución

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