ABSTRACT

En el presente blog se intenta la participación de todos aquellos que hicieron y hacen a la historia de la Escuela de Cadetes "General don Martín Miguel de Güemes" de la Policía de Salta. Alumnos cadetes y aspirantes, profesores, instructores, jefes de cuerpo, jefes de estudio, directivos, médicos, enfermeros, administrativos, personal de maestranza, etc. El propósito es recomponer la historia del establecimiento que ya cumpliera 50 años de vida. Si usted desea participar, mandando un texto para publicar o fotografías, puede hacerlo al siguiente correo electrónico: mraurquiza@hotmail.com y será bienvenido.



lunes, 10 de junio de 2013

GIMNASIO "OF. AUX. D JOSE D. CORNEJO"



Quien haya conocido la escuela de cadetes que se ubicaba en el campo militar, sede del actual “Club Popeye”, sobre calle Arenales n° 958 de nuestra ciudad, podrá recordar que al norte del patio interno (cancha de vóley y básquet), cruzando la vía interna, se encontraba una de las grandes cuadras, tipo galpón, con paredes revocadas y pintadas en blanco, techo de dos aguas de chapas de zinc, y dos grandes portones corredizos en su lateral oeste, donde funcionaba el gimnasio: “Of. Aux. D José D. Cornejo”.


Poco recordamos sobre este gimnasio ¿verdad? Bien, hoy vamos a recordar al mismo, desde cuando funciona, a quien debe su nombre, que había allí adentro, etc.
Leyendo la página 20, sección Deportes del diario “El Intransigente” del 21 de enero de 1977 encuentro un interesante artículo titulado “Gimnasio José D. Cornejo: Trabajo, Tesón, Constancia” el cual considero oportuno copiarlo en su totalidad para que el lector no pierda la abundancia de datos e información que el mismo proporciona.


“En el interior de la Escuela de Cadetes “General Güemes” institución dependiente de la Policía de la Provincia funciona el gimnasio “José D. Cornejo”, lugar en el que los alumnos de la Escuela concurren a tomar clases de defensa personal. Boxeo, yudo, defensa personal, preparación física esmerada y gimnasia en general son las disciplinas que los responsables han instituido para dotar a los futuros oficiales de conocimiento y estado físico necesario, contribuyendo a completar la adecuada preparación que imperiosamente necesita tener un servidor del orden.”


“El amplio gimnasio de aproximadamente trescientos metros cubiertos, está dotado ´para la práctica del box, yudo, karate, defensa personal en general, y también posee paralelas, barras, etc., para gimnasia en aparatos. Durante el periodo de clases, los cadetes de la Escuela de Policía concurren a las clases que dictan los profesores Juan Carlos Romano, especialista en yudo y defensa personal; Luis Ángel Izarduy, a cargo de las clases defensa, preparación física y gimnasia compensatoria; José Félix Castellanos y César Montenegro, en boxeo. En estos momentos de obligado receso, los profesores vuelcan sus conocimientos en los chicos que asisten a la “colonia de vacaciones”. Las diversiones y esparcimientos se complementan con las práctica de diferente deportes, entre los cuales, los mencionados se aplican con especial esmero.”


“El sub-comisario Alfredo Herrera, muy solícito y correcto se muestra como excelente anfitrión. “Vive” cada techo, cada solar, cada metro de esta Escuela que cada día ofrece muestras de ser mejor. Allí todo brilla y el cuidado de las plantas, el corte de césped, la limpieza e higiene de las instalaciones, le ponen una nota singular que invita a permanecer, a continuar admirando la obra de estos esforzados servidores. El sub-comisario Herrera se explaya con orgullo –“El señor Director de la Escuela, Comisario Inspector, Dionisio Ramírez y todos los que lo secundamos en su tarea, luchamos por prestigiar y enaltecer esta querida institución que vimos nacer, y que es nuestra gran responsabilidad. El Gimnasio José D. Cornejo lleva el nombre de un oficial auxiliar que en desempeño de sus funciones, dejó la vida en su intento de detener a unos maleantes, en un lugar cercano a Pichanal. En su memoria el gimnasio lo recuerda, manteniendo siempre vivo el ejemplo de su sacrificio”. Así nos explica el sub-director “Este gimnasio es posible que no sea un modelo en cuanto a implementos flamantes, pero todo fue construido y levantado con muchos esfuerzos”. Y continúa: “Al ring le falta todavía el fieltro y la lona, pero ya llegaremos a eso. Lo que pasa es que todo cuesta mucho, y por tal motivo hay que tener paciencia. Vea: en esa colchoneta (de 60 metros cuadrados aproximadamente), los profesores Romano e Izarduy enseñan defensa personal: Hay una “pera”, una “bolsa”, un ring de 6 metros de lado y aparatos para gimnasia. Aquí enseñan, como le dije, Castellanos y Montenegro los conceptos básicos del boxeo. Y hemos visto alumnos con aptitudes excepcionales para este deporte”. Herrera no disimula el orgullo que lo embarga. Castellanos abre un armario, y muestra guantes de 8 y 16 onzas, guantines, vendas, un botiquín de primeros auxilios, etc.”


“Falta muy poco para denominarlo un gimnasio modelo. Por allí se aprecia el trabajo de alumnos que han contribuido a levantar un ring. Hay tesón, constancia, en labores que diariamente desempeñan los profesores ante empeñosos alumnos.”


“Este es el gimnasio que hoy acapara nuestra atención. Brillando, pero con muchas huellas de trabajo.” Finalizando así el artículo del matutino El Intransigente. También debemos mencionar que en los últimos meses de 1976 y los primeros de 1977 se realizaron los 1° y 2° Cursos de Capacitación para Agentes Femeninos de la Policía Provincial en predios de la Escuela de Cadetes. También, en el verano '76-'77 se desarrollaron en este predio las colonias de vacaciones para hijos del personal policial, con la participación de jefatura de policía y el centro policial de SS.MM. "Sargento Suárez". Mostramos en este artículos algunas muestras fotográficas publicadas también en El Intransigente donde observamos el mencionado gimnasio y la pequeña cancha de voley-basquet llamada también Patio Interno donde se realizaban las formaciones tanto de cadetes como en este caso de los niños asistentes a la colonia de vacaciones.


martes, 19 de febrero de 2013

EL EGRESO DE LA XX° PROMOCION DE SUBAYUDANTES Y I° DE SUBADJUTORES


El jueves 14 de diciembre de 1978 a horas de la mañana en un imponente acto frente al Departamento Central de Policía, egresaba la vigésima promoción de Oficiales Sub Ayudantes de la Escuela de Cadetes “General don Martín Miguel de Güemes”. El mismo contaba con la presencia del entonces Gobernador Interino y Ministro de Gobierno, Justicia y Educación de la provincia, capitán de fragata Julio René Davids, del jefe de la Guarnición Ejército Salta, coronel Mario Aguado Benítez, el titular de Gendarmería Nacional comandante mayor Hormanstorfer, de miembros del gabinete provincial, del entonces jefe de policía, mayor Juan Carlos Grande, de jefes y oficiales de la repartición y del capellán policial Mario Crozzolli, entre otras personalidades.

Más allá de los gravísimos problemas internos que vivía nuestra república, debido a la implementación de un terrorismo de Estado, por lo que en ese año se acusaba al gobierno nacional de no respetar los derechos humanos y que irónicamente las autoridades reaccionaron para ese mundial de fútbol en que la Argentina fue anfitriona, con la publicidad de que “Los Argentinos somos Derechos y Humanos”; nuestro país se encontraba con un posible frente de guerra con nuestra hermana República de Chile, por las pretensiones en las heladas comarcas del sur, cuyo litigio había hecho intervenir a Inglaterra y al Vaticano sucesivamente. Las fronteras con Chile se encontraban plagadas de minas personales y soldados esperando el desenlace bélico en cualquier momento.

Estas aclaraciones, están realizadas con el solo pretexto de contextualizar e interpretar los discursos de los principales actores sociales de entonces. Realizado lo propio, continuemos…

El jefe de policía, ante la prensa presente en el lugar y al referirse a la ceremonia, dijo que esta promoción “egresa en momentos muy especiales para la historia de la patria” y recordó que el país “vive momentos muy tensos por lo que debemos estar preparados espiritual y profesionalmente, para defender la soberanía nacional y la integridad del territorio patrio”.

En la actualidad, a los efectivos formados se estila, para su revista y los saludos protocolares, llamarlos “Formación” y a continuación el nombre de la misma que es siempre la fecha en que se realiza en acto. Por ejemplo en este caso se llamaría “Formación 14 de Diciembre”; pero por el contrario, en ese entonces, a las formaciones se las llamaba “Agrupación” y se estilaba bautizarla con un nombre relativo a tal celebración. En esta oportunidad a los efectivos formados se los denominó “Agrupación Soberanía Nacional”.

Tras la revista y el saludo del gobernador interino a los uniformados, el sacerdote realiza una invocación religiosa y bendición de sables de los cadetes egresados. Posteriormente el jefe de policía hace entrega del pabellón nacional al cadete de primer año José Manuel Aramayo Amador, quien fue designado por las autoridades del instituto en calidad de abanderado.

 
 
En su discurso, Grande dice que se dio en la Policía de Salta “un hecho trascendente ya que se produce el egreso de la vigésima promoción de oficiales sub ayudantes y la primera de oficiales sub adjutores de la Dirección de Institutos Penales” destacando “la acabada formación moral, espiritual y profesional” de los egresados, recordándoles que “la delincuencia común no tiene descanso y contra ella se debe actuar en todo momento y también sin descanso para evitar su acción malhechora”.

Por último afirmó que “el país vive momentos muy tensos ya que debemos estar preparados espiritual y profesionalmente, para defender su soberanía nacional y la integridad de su territorio. Han pasado –concluyó- dos años[1] desde que ingresaron a la escuela de cadetes, en ese lapso recibieron lo mejor que les pudieron enseñar vuestros profesores y oficiales. A partir de hoy son ustedes quienes deben demostrar lo que aprendieron y que además están convencidos de pertenecer a una institución sólidamente constituida con principios de inalterable esencia republicana y de contenido ético y moral. Porque solo así cumpliremos nuestra misión y no de otra manera. Solo así el pueblo de Salta reconocerá en vosotros a los verdaderos servidores del orden público y como pago de ello, recibiréis el reconocimiento de vuestros superiores y el agradecimiento de vuestros comprovincianos.

Posteriormente se realizó la entrega de distinciones. El oficial Freddy García Ríos recibió dos premios entregados por el capitán de fragata Davids; mientras que el coronel Aguado Benítez entregó al oficial Raúl Liendro.[2] Finalmente recibieron sus diplomas y sables el resto de los oficiales sub ayudantes y sub adjutores que egresaron en la oportunidad.

NOMINA DE EGRESADOS Y ORDEN DE PRELACION[3]
1.    OSCAR FREDDY GARCIA RIOS                      N° 1
2.    OSCAR MARIANO DIAZ                                   N° 3
3.    RUBEN CARMELO ROMERO                          N° 4
4.    HECTOR MIGUEL COLQUE                            N° 6
5.    ANTONIO AGUSTIN GARZON                        N° 10
6.    TOMAS OSCAR LOPEZ                                  N° 13
7.    RAUL DANIEL RODRIGUEZ                           N° 15
8.    CARLOS RODOLFO VILDOZA                       N° 16
9.    PABLO DANIEL CUELLAR                             N° 17
10. JOSE URBANO OROSCO BERNARDETE    N° 18
11. VICTOR INOCENCIO COPA                          N° 20
12. JOSE RUBEN ARCELAN                               N° 21
13. ORLANDO EULOGIO SEGOVIA                   N° 22
14. JOSE LUIS NUÑEZ                                        N° 23
15. VICTOR EDUARDO GUERRA                       N° 26
16. JORGE RAUL LLANES                                  N° 27
17. JULIO CRISTOBAL ZELAYA                         N° 28
18. WILFREDO ALEJANDRO ORTUÑO             N° 29
19. VICTOR HECTOR TORANZOS                    N° 31
20. EUGENIO EMETERIO CAYO                       N° 32
21. JORGE ALBERTO MONTOYA                     N° 34
22. JOSE EDUARDO CALAPIÑA                       N° 36
23. CARLOS ALBERTO MEDINA                       N° 37
24. VICTOR ORLANDO GUTIERREZ                 N° 40
25. CLAUDIO ROBERTO OROZCO                   N° 41
26. NICOLAS ALEJANDRO PACHECO             N° 42
27. CARLOS ALBERTO VILLAFAÑE                 N° 43
28. OSCAR ALBERTO ARAMAYO                    N° 45
29. LUIS RENE MAGDALENO                           N° 46
30. WALTER ISIDRO BARBOZA                       N° 47
31. HECTOR HUGO FABIAN                             N° 48
32. ENRIQUE ALBERTO GALVAN                    N° 49
33. RICARDO ANGEL COLQUE                        N° 50
34. MANUEL VILTE                                            N° 53
35. FELIX RAMON SANCHEZ                           N° 54
36. RICARDO ALBERTO CLAVELL                  N° 56
37. JORGE ANTONIO UGARTE                       N° 57
38. MARCELO RAUL PEPENAL OCAMPO      N° 58
39. GUILLERMO JESUS DI PAULI                   N° 59
40. HECTOR HILARIO CARDOZO                   N° 60
41. LUIS ALBERTO GORDILLO                       N° 61
42. JUAN GUSTAVO LOPEZ                            N° 62
43. HUMBERTO COLQUE                                N° 63
 

FUENTE:
Diario El Tribuno del 15 de diciembre de 1978.
Resolución N° 1761/78 D Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación.

[1] Al principio el curso tenía un año de duración, para esta fecha y hasta 1980 el periodo de estudio de la escuela era de dos años, desde 1980 hasta el presente la carrera consta de tres años de estudios.
[2] Liendro pertenecía a la Dirección de Institutos Penales.
[3] Los números faltantes en la orden de prelación corresponden a Cadetes que pertenecían al Servicio Penitenciario. Por ejemplo Raúl Liendro tenía el N° 2.

viernes, 30 de abril de 2010

ENTREVISTA AL COMISARIO (R) DON LUIS E. APARICIO

(24-01-2007, horas 20,00 en Bº Casino, Ciudad de Salta)

P: -Buenas tardes… ¿Me podría decir su nombre por favor?
Aparicio: -Luís Ernesto Aparicio.

P: -Señor Aparicio, tengo entendido que usted fue uno de los primeros Instructores y el primer Jefe de Cuerpo de la Escuela de Policía “General Güemes”. Lo que quería preguntarle en primer lugar era: ¿De que Fuerza proviene usted y a que año ingresó a la misma?
Aparicio: -Bueno, yo provengo de la Institución Ejército, mi arma es de Ingenieros, mi especialidad motorista blindado. Realicé mis actividades en Campo de Mayo, también en un Batallón de Zapadores Motorizados de Santa Fe; en el 12 de Infantería y en un Batallón de Zapadores Motorizados de Paraná (Entre Ríos).

P: -Bien, ¿En que año ingresa a la Policía de la Provincia de Salta?
Aparicio: -Después de haber salido de la institución ejército, ingreso a la Policía de Salta, previo capacitarme como radio telegrafista. Rindo examen y entro como Oficial de Comunicaciones a la Jefatura de Policía. A los dos o tres meses, el señor ELIAS BOLEAS que en esa época se lo había nominado como primer Director de la naciente Escuela de Policía, me pidió que aceptara mi traslado a la Escuela de Policía. En esa oportunidad ya atravesaba el año 1959. Luego de haberme trasladado a la Escuela de Policía, me designa como Jefe de Cuerpo.


P: -Cuando era Jefe de Cuerpo ¿Recuerda el nombre de algunos instructores que estaban con usted, desde el año ’59 en adelante?
Aparicio:-Bueno, los primeros instructores que tuvo la escuela, eran oficiales que provenían del medio civil, no eran oficiales de escuela. Estaban un señor DEL CORRO, el señor ALARCON, estaba el señor CARDOZO, el señor ROQUE GARCIA y el suscripto.

P: Don Aparicio, otra cosa… ¿usted recuerda que materias se dictaban por aquellos años?
Aparicio: Las materias que se impartían en la Escuela, eran Derecho Penal, Derecho Procesal Penal, Técnicas Policiales, Organización y Reglamento, Práctica Sumarial… y después las materias militares: Tiro, Gimnasia, Orden Abierto, Orden Cerrado y Equitación…

P: La práctica de Equitación. ¿Dónde la hacían?
Aparicio: En el Escuadrón de Caballería de la Policía que en ese tiempo se encontraban en el predio de la cárcel de Villa Las Rosas.

P: Y los Bomberos, ¿dónde quedaba el Cuerpo?
Aparicio: Y los Bomberos estaban en la Jefatura de Policía, estaba el Cuerpo de Bomberos y estaba el Taller de Mantenimiento…

P: Con respecto al edificio de la primera escuela, de la esquina de Lavalle y Tucumán o Lavalle y Uriburu como mencionan algunos, ¿recuerda quien era el propietario?
Aparicio: Bueno, cuando el mentor de la creación de la Escuela de Policía, el Comandante Principal SIERRA, lo designa al primer Director, señor BOLEAS, le comisiona para que consiga un local donde debía funcionar la escuela y, como BOLEAS era muy asiduo a la sociedad salteña, conocía al señor LOPEZ, que vivía en la calle Catamarca y San Martín, justo en la esquina, éste era propietario de una casa de adobe, una casa antigua que había sido un casco de estancia en la calle Lavalle y Tucumán, justo en la esquina. Allí se desarrollaron las actividades de la escuela. El edificio contaba con un dormitorio, un baño, una habitación para los Oficiales de Semana, una Jefatura de Cuerpo, la Dirección, Secretaría, una Sala de Armas, un Comedor, una Cocina que funcionaba a leña, un Depósito de Víveres. Después había un gallinero que servía para proveernos de carne y huevos…

P: ¿Cómo era la vida de los Cadetes en esa época?
Aparicio: Con relación al sistema interno, ellos, los Cadetes, en sus albores, tuvieron que traer de sus casas los colchones, mantas, sábanas, toallones, toallas y el equipo de ropa interior para poder desarrollar sus actividades. La vestimenta provista por la Policía para que desarrollen las actividades militares, como Cadetes, eran ropas dadas de baja de equipos que entregaban los agentes que se iban de la repartición. Esa ropa vieja la sabíamos zurcir con un sastre que tenía la escuela y, bueno, esa era la ropa que contaban los cadetes para desarrollar sus actividades militares. Cuando ya se cimentó la escuela, se exigió que los cadetes salieran con ropa de gala o salida. Esa ropa era el uniforme que utilizaba el personal de cuadros, los agentes, suboficiales y oficiales. Con el tiempo llegó una invitación de la Policía de Santiago del Estero, de la Banda, invitándonos para la inauguración de un mástil. Oportunidad en que la Jefatura de Cuerpo creyó conveniente en dotarle al Cuerpo de Cadetes un uniforme más aceptable del que tenían. Entonces el suscripto dibujó en una cartulina una chaquetilla azul, un pantalón gris arena con una franja azul que iba al costado y presentó esa inquietud al Comisario General VEGA que era Director de Seguridad, éste Oficial Superior me contestó: “¿Con qué quiere que compremos uniforme? si la Escuela de Policía no existe, no tiene presupuesto” Entonces como yo ya había hecho gestiones en la Tienda “La Mundial” con gente conocida, habíamos quedado en que nos íbamos a hacer dicho uniforme, pero por cuenta propia, o sea que los primeros uniformes ya oficializado del Cadete se lo hizo a crédito, tanto Oficiales como Cadetes pagaron cada uno su uniforme a crédito. Con ese uniforme fuimos a Santiago del Estero. El cinto dorado se lo hizo traer de Buenos Aires y la hebilla del mismo, pertenecían al cinto que utilizaban en el Colegio Militar de la Nación.


P: Que hermosa anécdota que acaba de contar sobre cómo nace el primer Uniforme de Gala o Servicio Especial de la Escuela de Cadetes; una anécdota desconocida que sorprenderá seguramente al lector. No solamente usted, como Jefe de Cuerpo, incluso tengo entendido que ha llegado a ser Sub Director de la Escuela de Policía, ha sido el primero en este tema sino también en otros: tengo entendido que la escuela hizo su primera gira a otras provincias, incluso trascendiendo la frontera del país a la vecina y querida República del Paraguay. ¿Qué me podría contar con respecto a esto?
Aparicio: Lo que yo estoy contando, son hechos que están apoyados, refrendados por documentación que yo tengo y que en varias oportunidades he tenido intensiones de entregarle a la institución, pero que por un motivo u otro quedó pendiente. Contar lo que usted me está pidiendo me pone medio en un brete. ¿Porqué? Porque todo lo que se hizo, todo lo que le estoy respondiendo y contando me cayó a mi la responsabilidad y el viaje que usted dice de la salida de nuestra querida Escuela de Policía a la República del Paraguay, fue después que se lo sacó políticamente al señor BOLEAS que era el Director, quedando la escuela prácticamente con una persona designada como Director y que respondía al grupo político del momento.


Entonces como no cuajaban los conocimientos de esta persona con la mecánica de conducción de la escuela, me tuve que hacer responsable de dicha conducción y solicitando a las autoridades correspondientes, permiso para hablar con el señor Cónsul del Paraguay, para que consulte a las autoridades de su país si era factible que nos reciban en Asunción. Lo que al poco tiempo el señor Cónsul MELGAREJO LEDESMA envía una nota diciéndome que las autoridades del gobierno de la República del Paraguay aceptaban de muy buen agrado la visita de la Escuela de Policía de Salta. Para llevar a cabo tal fin, tuvimos que poner cada uno plata del bolsillo o sea que toda la promoción que se recibió ese año tuvo que pagarse el viaje, inclusive también los Oficiales. En esa oportunidad fui yo a cargo de la escuela como Director Interino, porque la persona del Director no quiso ir. Así comandé al Cuerpo de Cadetes de esa época al Paraguay. Nos fuimos de acá en tren a Embarcación, de allí en tren a Formosa. En Formosa nos recibieron la Policía de la Provincia, muy bien, un trato que uno no olvida nunca. Incluso nos pusieron vehículos hasta la ciudad de Clorinda donde cruzamos en balsa hasta el Paraguay. En la orilla paraguaya estaba una formación de la Escuela de Policía del Paraguay con su Director que nos dieron la bienvenida y nos alojaron en la escuela, los oficiales ocupamos la pieza de oficiales y los cadetes una compañía. Posteriormente se nos hizo una invitación para saludar al Jefe de Policía, General DUARTE VEGA, luego se nos presentó al Estado Mayor de la Policía del Paraguay, o sea Directores de Investigaciones, de Seguridad, etc., etc. Y posteriormente, el señor Presidente de la República, Teniente General STROESSNER nos invitó para que lo visitáramos, oportunidad en que el suscripto agradeció las atenciones que se nos brindaban, haciendo una invitación recíproca para que la Escuela de Policía del Paraguay nos visitara.


P: ¿La prensa tomó conocimiento de este viaje? Me refiero a la prensa salteña del momento.
Aparicio: La prensa salteña tomó conocimiento cuando viajamos y posteriormente al regreso, suministrándosele antecedentes de la visita al Paraguay, e incluso se les hizo saber sobre el Baile de Gala con Elección de la Reina de la Escuela de Policía que hicieron en Paraguay donde asistió la delegación salteña.


P: Ahora quería saltearme un poco en el tema de la escuela para introducirnos en la Marcha del Cadete. Tengo entendido que usted es el autor de la letra de dicha marcha, de la música ¿quién es el autor?
Aparicio: Bueno, la historia de la marcha del cadete data del nacimiento de la escuela, lo que ocurría es que nadie se animaba a escribir la letra, siempre rondaba en que el señor Director BOLEAS iba a hacer la letra de la Canción del Cadete, pero siempre quedaba en eso, que pasaba el tiempo y pasaba el tiempo, hasta que un día, creo que fue en 1962, después de haber terminado las tareas nos dirigíamos con el Oficial Ayudante CANSINO hacia nuestros respectivos domicilios por calle Tucumán hacia la Pellegrini. Era época de invierno, íbamos hablando relacionado con la marcha del Cadete y decíamos: “si, dice que la va a hacer y no la hace el señor BOLEAS” entonces fue esa casualidad y el gran amor que voy a llevar siempre de la escuela, y entonces miré hacia las montañas que se encuentran hacia el oeste y las cúspides estaban cubiertas de nieve, entonces le digo al Oficial CANSINO: -“¡Yo le voy a escribir la marcha de los Cadetes!”. Como éramos compadres, CANSINO me dice: -“Eh, compadre que va escribir usted.” Paramos nuestras bicicletas y ahí fueron las primeras frases que escribí: “Cual cóndores titanes de las cumbres, de miradas profundas y avizoras, los gallardos Cadetes de esta Escuela, son guardianes del orden y custodios.” Esa fue la primer estrofa que escribí, ahí en la calle, en la esquina de Tucumán y Pellegrini. Y bueno, de ahí seguimos, cuando llegué a mi casa hice la otra parte y, cuando volví a la escuela, no me acuerdo si fue esa tarde o al día siguiente y le exhibo el escrito al Director señor BOLEAS quien me contestó: -“¡Eso no sirve para nada!”. Le digo: “Yo creo que esto sirve, ya le voy a demostrar que sirve. Pero yo quiero que usted me de la palabra, señor BOLEAS que usted va a ir cuando yo le pida que vaya a escuchar la Marcha de los Cadetes”. Posteriormente esa letra se la entregué al Director de la Banda de Música de la Policía. El le hizo la métrica de la letra y a través del músico SALVADOR le hizo la música. A los pocos días me hace llamar el Director de la Banda, cuando voy encuentro a la totalidad de la Banda formada en el salón donde desarrollan sus actividades y me hace escuchar la canción del Cadete. Entonces le digo: “Detenga un momento que yo quiero que ahora el Director de la Escuela lo escuche”. Y el Director en ese momento ocupaba doble cargo, Director de la Escuela y Director de Seguridad. Entonces voy a Seguridad y lo llamo a BOLEAS y juntamente vamos al salón, pero ya habíamos quedado con el Director de la Banda que cuando nos vean aparecer con BOLEAS diera inicio a la Marcha del Cadete. Y así fue. Y bueno, lo que contestó después de haber escuchado la música y la letra, el señor BOLEAS quedó convencido de que había nacido la Marcha del Cadete. Eso quedó en los anales del recuerdo. La Marcha del Cadete tiene los siguientes autores: Letra, Oficial Principal don LUIS ERNESTO APARICIO; música, señor SALVADOR SOSA, músico de la repartición.


P: Esta autoría que se acaba de mencionar, figura en el primer folleto donde se promocionan las actividades de la Escuela de Policía “General Güemes”, como testimonio de la veracidad de lo mencionado por el entrevistado. Bueno don LUIS APARICIO, muchas gracias por su gentil entrevista y su cordial atención.
Aparicio: Soy yo el agradecido, y a pesar de que hace muchos años me retiré de la repartición policial, siento un gran amor por la institución y la Escuela de Cadetes. Esto me hace acordar cuando hicimos el curso en la Escuela Superior de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en la oportunidad, el señor Director de esa institución educativa policial dijo que de todos los antecedentes que el contaba, la Policía de Salta era una de las mejores policías del país. Lo que no olvidaré, porque lo dijo ante todas las delegaciones de las policías del país.

LA PRIMERA PROMOCIÓN

Al año siguiente, el 30 de julio de 1959, mediante Decreto Nº 7722 del Gobernador de la Provincia don Bernardino Biella y del señor Ministro de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública, J. A. Barbarán Alvarado, se designa al cargo de Oficial Ayudante del Personal Superior de Seguridad y Defensa de Jefatura de Policía a los siguientes cadetes egresados de la Escuela de Policía “General Güemes”, a partir del día 1º de junio de dicho año por haber terminado el curso en esa fecha.

Se trata de la primera promoción de Oficiales egresados de la Escuela de Policía, los mismos son:

HÉCTOR RENÉ TROVATO (423) en reemplazo de Jorge Balti;
JORGE MARTIN VALENZUELA (410) en reemplazo de Héctor Cansino;
ALFONSO ZUBELZA (440) en reemplazo de Pacífico Orellana García;
MIGUEL ABELARDO AGÜERO (405) en vacante de Ernesto Picón;
VICTOR ALBERTO BURGOS (380) en vacante de Armando B. Encina;
LUIS NESTOR CANCINO (366) en vacante de Néstor Ramón Nieva;
NESTOR LIENDRO (413) en reemplazo de Rómulo Chocobar;
RENE ANTONIO GALVAN (364) en reemplazo de Eduardo R. Rivas;
JUAN CARLOS CRUZ (362) en vacante de Marcelino Aramayo Abán;
ENRIQUE MENDIETA (377) en vacante de Emilio Ascención Padilla;
NORBERTO EDUARDO CAMAÑO (433) en vacante de José I. Barros;
ROQUE EDUARDO CRUZ (493) en vacante de Francisco A. del Campo;
EULOGIO BAEZ (477) en vacante de Julio Jorge de Ugarriza;
MARIANO GALLARDO (412) en reemplazo de Juan Rubén Mendoza;
LUIS AGUIRRE (483) en reemplazo de Ivan N. Gallardo Gambetta;
RICARDO AGUIRRE (500) en reemplazo de Diego Soria;
VICENTE ESTEBAN CARRIZO (482) en vacante de Antonio Vallejos;
JULIO MARTIN ARGAÑARAZ (532) en vacante de Raúl A. Carabajal;
WALTER RUBEN GUTIERREZ (488) en vacante de Roberto F. Suedan;
FRANCISCO RUBEN REBOLLO (383) en reemplazo de Bruno Hoyos;
GUILLERMO ANDRES ALBARRACIN (398) en vac. de Carlos A. Torres
RODOLFO RODRIGUEZ (368) en vacante de Néstor Arturo Cuenca;
MARCELO VICENTE GARCIA (428) en vacante de Juan A. Morales;
MODESTO FLORES (350) en reemplazo de Eusebio S. Cazón;
ORLANDO RUBEN CORTEZ (331) en vacante de Ramón Rosa Figueroa.
AGÜERO, Luis Ignacio,
ALBARRACIN, Andrés Guillermo,
ARAMAYO, Miguel Ángel,
BALDERRAMA, Ciro Ramón.
CORDOBA, Juan Carlos,
GERBAN, Héctor Omar y
PALACIOS, Pedro Leonor,
PETRARCA LAMONACA, Héctor,
RODRIGUEZ, Tomás Antonio,

martes, 30 de marzo de 2010

CREACIÓN Y FIESTA INAUGURAL DE LA ESCUELA DE CADETES

En virtud de “la necesidad de mejorar el índice de capacitación profesional del personal de los cuadros” de la Policía y considerando “que ello solo es posible creando una fuente de reclutamiento que segregue luego de un adecuado período de instrucción, elementos con los conocimientos básicos que hacen a la materia policial y sobre los cuales la experiencia de la diaria labor completará la idoneidad necesaria y exigible en el funcionamiento policial como garantía de los intereses sociales que les están confiados” el Jefe de Policía, Comandante Principal ® don Arturo C. Sierra resolvió crear “la Escuela de Policía que se denominará GENERAL GÜEMES, para la formación de los Oficiales de la Policía de la Provincia de Salta".



Ordenando que por Secretaría General se proyectara su Reglamento Interno, con mención de la organización interna, asignaturas correspondientes a cada curso y sus respectivos programas y horarios de actividades. Agregando que “propenderá a consideración de ésta Jefatura los candidatos a desempeñarse como profesores…” de las asignaturas que, según el Reglamento Interno, no se cubran con personal policial.

Asimismo, el Jefe dispuso que por la entonces División Personal se “gestionará del Ministerio del ramo la asignación de (30) treinta becas para los primeros Cadetes, por transferencia de (15) quince plazas de Agentes para atender las erogaciones por remuneración mensual de los mismos.” Agregando que “se proyectará las condiciones de ingreso y se convocará mediante amplia difusión de las mismas, a exámenes de los Aspirantes que optaren a las becas mencionadas”. Asimismo “sin perjuicio de las modificaciones posteriores que surjan al aprobarse el Reglamento Interno antes mencionado, se propondrá la nómina de Jefes y Oficiales para cubrir los siguientes cargos de la misma:

Director: Un Oficial Superior de Seguridad
Secretario: Un Jefe de Seguridad
Jefe de Cuerpo de Cadetes: Un Jefe de Seguridad
Oficiales Instructores: Cuatro Oficiales de Seguridad".

Inspector General don Elías Boleas, primer director de la escuela,
frente al abanderado del instituto en el edificio Jefatura de Policía.
Fotografía gentileza del Crio. (R) D Luis E. Aparicio

Por Tesorería de Policía solicitó “la modificación de la partida global asignada para pago de ‘Profesores y Alumnos de la Escuela de Policía’ en el presupuesto del corriente año y la inclusión de una partida para gastos de funcionamiento por transferencia de las sumas respectivas de las partidas a afectarse según las necesidades que se prevean”.

Por División Suministros se proyectó “el uniforme y equipo completo de los Cadetes de Policía, sobre la base del uniforme en uso en la Repartición;” realizándose “las adquisiciones respectivas en los rubros ‘Muebles’, ‘Uniformes’, ‘Equipo’ y ‘Dotación de Cuartel’ (Comedor, dormitorio, cocina, aulas, bibliotecas, etc.) con destino a la Escuela y sobre la base de las previsiones que informan la modificación a solicitar por Tesorería de Policía a la actual asignación por presupuesto.”

Por otra parte, se fijó el período de dos años para el desarrollo del ciclo completo de estudios, dividido en 1º y 2º Curso, con igual período de duración cada uno, determinándose como fecha de iniciación de los mismos el 1º de mayo de 1958.

La Resolución Nº 61 de creación de la Escuela de Policía “General Güemes” fue aprobada por el Ministro de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública.

El artículo 8º de dicha resolución he considerado interesante para recordar algunas de las dependencias policiales que existían en esa época y como evolucionaron alguna de ellas hasta el presente, cincuenta años después:

“REGISTRESE tomen razón Sub Jefatura, Secretaría General, Divisiones de Seguridad, Investigaciones, Tesorería General, Suministros, Personal, Judicial, Comunicaciones, Tracción Mecánica, Contralor Patrimonial, Sanidad, dése por la Orden del Día y fecho ARCHIVESE. Firmado Arturo C. Sierra – Comandante Principal – Jefe de Policía.”

La formación en el acto inaugural de la Escuela de Cadetes "General Güemes"

El 17 de abril de 1958, el mismo Jefe de Policía, mediante Resolución Nº 127, dispone que el propio 20 de abril se realizaran los siguientes actos para la inauguración de la escuela: Izamiento del pabellón nacional, con honores dados por una Sección de la Guardia de Infantería, mientras la Banda de Música de la Repartición ejecutaba la canción patria “Aurora”; después se realizaron los acordes del Himno Nacional Argentino coreados por los presentes; se bendijo el establecimiento educacional por parte del Presbítero M. Corbalán; se presentó el Cuerpo de Profesores del Instituto a los Cadetes; palabras alusivas al acto por el señor Jefe de Policía y la iniciación simbólica de las clases con un tema dictado por uno de los profesores. De esta manera se comenzaba a escribir una parte importante de la historia policial salteña.

Fotografía que saliera en el Diario El Tribuno de Salta (21-04-1958).
Original cedido por el Comisario (R) Luis Ernesto Aparicio.
Se constituye en la 1º fotografía de la Escuela de Cadetes.

El matutino independiente “El Tribuno” del 21 de abril de 1958, publica solamente en su portada una fotografía que se reproduce arriba, con una esquela que dice: “Escuela de Policía: Un aspecto de las ceremonias realizadas ayer para dejar inaugurada la Escuela de Policía de la Provincia, con la presencia del Interventor Federal, doctor Nogues Acuña, Comandante de la Quinta División de Ejército, general Florencio Yornet y otras autoridades. Bendijo el establecimiento el R.P. Corvalán, tras lo cual pronunció breves palabras el Jefe de Policía, Comandante Sierra que a renglón seguido presentó a los Cadetes al cuerpo de profesores. Finalizó la sencilla ceremonia con la inauguración simbólica de las clases, a cargo de uno de los profesores”.

Esta escueta noticia que hizo pasar casi desapercibida la inauguración de la Escuela de Policía, tanto en los medios periodísticos como en las Órdenes del Día de la repartición, tenía un motivo de importancia:

Era que debido a la toma de posesión en sus respectivos cargos que les fueran entregados por la Intervención Federal a las nuevas autoridades constitucionales, luego de las entonces recientes elecciones, el Jefe de Policía, Comandante Principal ® ARTURO C. SIERRA entregaba inminentemente el mando al nuevo Jefe de Policía de la Provincia, Mayor (R.E.) don EDUARDO J.J.J. CALSINA. Este acontecimiento desviaba las vistas de la prensa de la nueva Escuela de Policía, ya que la provincia y el país, volvía a la democracia después de un buen tiempo.

sábado, 27 de marzo de 2010

CONTRATO DE ALQUILER DEL PRIMER EDIFICIO

Contrato que fuera registrado, publicado y aprobado mediante el Boletín Oficial Nº 5641 del viernes 2 de mayo de 1958, Decreto 13.989 G, del 21 de abril de 1958 (Expte. Nº 5777/58) y que se transcribe a continuación:

“En la Ciudad de Salta, Capital de la Provincia del mismo nombre, República Argentina, a los veintiséis días del mes de Febrero del año mil novecientos cincuenta y ocho, entre Su Excelencia el señor Interventor Federal, Doctor Domingo Nogues Acuña, en representación de la Provincia de Salta, en adelante LOCATARIO y la señorita Carmen Rosa López, en adelante LOCADORA, por la otra parte, convienen en celebrar el siguiente Contrato de Locación.”


“PRIMERO: La LOCADORA da en locación al Gobierno de la Provincia de Salta, la casa habitación de su propiedad, ubicada en esta Ciudad, sobre la calle Uriburu esquina Lavalle.”

“SEGUNDO: El inmueble descripto será destinado por el LOCATARIO para Oficinas Públicas de la Administración de la Provincia de Salta, uso que no podrá ser variado por el LOCATARIO sin autorización expresa de la LOCATADORA (Sic), ni hacer cesión total o parcial del mismo.”

“TERCERO: El precio de la locación se estipula en la suma de Pesos 5.500 (cinco mil quinientos pesos moneda nacional), mensuales a partir desde el 1º de Enero del corriente año, cuyo importe se abonará por períodos vencidos entre el 1 y el 10 de cada mes en la Tesorería General de la Provincia o en Repartición correspondiente.”

“CUARTO: El término de la locación se estipula en dos años a partir del día 1 de enero del corriente año.”

“QUINTO: El LOCATARIO tendrá opción al término de la locación de una prórroga de dos años más en las mismas condiciones del presente convenio, con la obligación por su parte, de dar aviso a la LOCADORA con una anticipación no menor de treinta días al vencimiento de este Contrato.”


“SEXTO: El LOCATARIO se reserva el derecho de poder efectuar las modificaciones o refacciones necesarias para adaptar el inmueble a los fines específicos a que se destina la locación, sin perjuicio de devolver la casa habitación en las mismas condiciones de que la reciba, pudiendo retirar todas aquellas mejoras que no impliquen deterioros en la estructura del inmueble.”

“SEPTIMO: La LOCATARIA se obliga, además del pago del alquiler estipulado, a restituir a la LOCADORA el inmueble alquilado al finalizar el plazo convenido o la prórroga que se le faculta en las mismas condiciones en que la recibió, salvo los deterioros producidos por la acción del tiempo y por el uso moderado de la casa, de acuerdo a los fines que está destinada.”

“OCTAVO: Serán por cuenta del LOCATARIO los gastos que sean necesarios efectuar para realizar reparaciones y arreglos del inmueble materia de este contrato que fueren originados por hechos imputables al mismo o a sus agentes o empleados.”

“NOVENO: Para todos los efectos legales de este Contrato las partes signatarias constituyen los siguientes domicilios: La LOCATARIA en la Casa de Gobierno y la LOCADORA en esta Ciudad de Salta, Calle Caseros 208.”

“Bajo tales bases y condiciones se firman tres ejemplares de igual tenor y a un mismo efecto en esta ciudad de Salta, fecha Ut Supra. Fdo: DOMINGO NOGUES ACUÑA, Interventor Federal.- CARMEN ROSA LOPEZ, Es copia.”

EL INGRESO A LA REPARTICIÓN

En un comienzo, a la Repartición Policial ingresaba cualquier persona sin importar las condiciones físicas, educacionales, civiles, etc., pero poco a poco y, debido a las necesidades institucionales, fueron surgiendo requisitos considerados indispensables.

Tal el caso de la Circular Nº 34 del 16 de abril de 1957, por la que el Jefe de Policía, Comandante Sierra, “con motivo de que Gendarmería Nacional dejará de ejercer las funciones policiales propias de la Policía de la Provincia, en el presupuesto para el año en curso, se ha aumentado la dotación de Agentes y, siendo necesario dictar normas para el ingreso a la institución de los aspirantes a desempeñarse como agentes uniformados de Capital y Campaña, ya que actualmente se carece de reglamentación que fije tal procedimiento” resolvía “Dejar establecido que las personas que aspiren a ingresar a la Repartición en carácter de Agente Uniformado, deberán llenar los siguientes requisitos:

a) Ser argentino nativo o por opción.
b) Haber cumplido con las leyes de enrolamiento y servicio militar.
c) No haber cumplido los 35 años de edad.
d) Saber leer y escribir correctamente y haber cursado como mínimo el 3º grado elemental.
e) Tener una estatura no menor de 1,65 m.
f) Aprobar el examen médico y de condiciones físicas conforme especifique la reglamentación en vigor.
g) Acreditar antecedentes de moralidad y buena conducta.”


“Cuando se tratase de reingresos, la Jefatura de Policía tendrá en cuenta el tiempo de servicios que hubiera prestado a la institución el aspirante, con el de su edad, conforme al inciso c); el Jefe de la División de Personal, no dará curso a ninguna propuesta de alta para Agente o solicitará al Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública, nombramientos sin que previamente haya dado cumplimiento a las disposiciones que anteceden”

El 8 de octubre del mismo año en la Circular Nº 79, Sierra hace conocer su Resolución Nº 205 del 4-09-1957, por la que se observa la militarización que se va realizando en la policía y dice que “visto el decreto ley Nº 622 dictado por la Intervención Federal en la Provincia con fecha 21 de agosto ppdo., por el que se modifica la Ley Nº 1882 de fecha 8 de agosto de 1955 y considerando que de ello surge la necesidad de dictar una Resolución definitiva que reemplace la resolución contenida en la Circular Nº 34 de fecha 16 de abril de 1957, modificada parcialmente por Resolución Nº 201 de fecha 29 de agosto ppdo., resuelve:

1. Dejar establecido que las personas que aspiren a ingresar a la Repartición, deberán llenar los siguientes requisitos:

a) Ser argentino, nativo o por opción.
b) Haber cumplido con las leyes de enrolamiento.
c) No tener menos de 18 años ni más de 45 de edad, exceptuándose solo aquellos técnicos que fueran necesarios para el mejor funcionamiento de la Repartición.
d) Saber leer y escribir correctamente y haber cursado como mínimo el 3er. Grado elemental.
e) Tener una estatura no menor de 1,65m.
f) Aprobar el examen médico y de condiciones físicas conforme lo especifica la reglamentación en vigor.
g) Acreditar antecedentes de moralidad y buena conducta.


2. Cuando se tratase de reingresos, la Jefatura de Policía tendrá en cuenta el tiempo de servicios que hubiera prestado a la Institución el aspirante, con el de su edad, conforme al inciso c), fijándose como término máximo la edad de 55 años.

3. El Jefe de la División de Personal, no dará curso a ninguna propuesta de alta, ni solicitará al Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública, nombramientos sin que previamente se haya dado cumplimiento a las disposiciones que anteceden.”

De esta manera se iba dando un paso al frente en materia de ingreso a la Policía Provincial, hasta llegar a nuestros días con la Ley del Personal Policial y su Reglamentación (R.L.O.P.), como así, los distintos requisitos conforme a las escuelas de Cadetes o de Suboficiales y Agentes, como única fuentes de reclutamiento de personal superior o subalterno, respectivamente

ESCUELA DE CAPACITACION POLICIAL PRESIDENTE PERON

Antes de la existencia de la Escuela de Policía o de Cadetes, formadora de los futuros oficiales, existieron en Salta algunos antecedentes educativos policiales. Entre ellos contamos con la denominada “Escuela de Capacitación Policial Presidente Perón”, la que funcionó interrumpidamente, allá por los años 1952, ‘53, ‘54 y ‘55 en una primera instancia, en oficinas del Edificio Jefatura, para después trasladarse a la calle Gral. Güemes al 600 de nuestra ciudad.

Este instituto fue fundado en el año 1952 por el entonces Jefe de Policía don Herman Díaz Pérez, quien fue designado Director “Ad-Honorem” por el Gobernador de la Provincia, don Ricardo Joaquín Durand. En ésta, se dictaban cursos de nivelación para que los efectivos puedan desempeñarse idóneamente en sus funciones que, generalmente, se trataban de Oficiales Escribientes. Estos oficiales de policía eran personas que se destacaban por sus estudios que, para la época, se consideraban avanzados, debido a que habían concluido la escuela primaria o habían experimentado los cursos de la secundaria. En síntesis, sabían leer y escribir a diferencia de otros efectivos que no lo hacían.

Estos meritorios escribientes, eran los encargados de confeccionar los sumarios y expedientes policiales, ocupaban cargos destacados tanto en las dependencias comunes como en las oficinas de jefatura, recordemos que en aquella época, las dependencias policiales con categoría de Comisarías en la capital, hasta adentrado el año 1980, eran cinco: la Comisaría Primera, la Segunda, la Tercera, la Cuarta y la Quinta.

Decimos que la Escuela Perón funcionaba interrumpidamente, porque solo lo hacía cuando se requería la capacitación especial del personal superior policial. Por otra parte, recordemos que el nombre de Perón fue utilizado hasta la llamada Revolución Libertadora del ’55 en que el general presidente fuera derrocado por un golpe militar en septiembre y posteriormente su partido proscrito y su nombre y apellido prohibido de toda pronunciación.

Entre las materias que se dictaban en esta escuela, se encontraban las relacionadas al derecho penal, derecho administrativo y contravencional, la lengua y redacción escrita, hasta, en algunos casos, el idioma inglés.


La Escuela de Capacitación Policial “Presidente Perón” dictó entre los años 1953 y 1954 cursos para el personal que comenzaron en el segundo semestre, de junio a diciembre y en 1955 los cursos comenzaron en el mes de marzo hasta septiembre.

En 1953, a solicitud de Jefatura de Policía en nota 3327 del 27 de mayo, se designan profesores de la Escuela Perón, por el término de seis meses y a partir del 1º de junio, a los doctores Armando Caro, Vicente Massafra, Rufino Fernández y Jorge Jure, Escribano Nacional Waldemar Simensen y al señor Ricardo Falú, con una asignación de ($ 277.- m/n) mensuales y debían cesar en sus funciones al terminar el curso policial en ese año.

En 1954, a solicitud de la jefatura policial por nota Nº 1771 en fecha 4 de junio, se designan con anterioridad al día 1º y por el término de seis meses y con una asignación mensual de ($ 250.- m/n), en el cargo de Director al señor Herman Díaz Pérez y profesores a los doctores Armando Caro, Jorge Juri, Vicente Massafra, Rufino Fernández, Adolfo R. Trogliero y los señores Waldemar Simensen y Ricardo M. Falú.

En 1955, en razón de la nota Nº 368 del 8 de marzo de Jefatura de Policía, el Gobernador de la Provincia, don Ricardo Joaquín Durand designa con anterioridad al día 1º de marzo, para los cargos que a continuación se expresan, en la Escuela de Capacitación Policial “Presidente Perón”, dependiente de Jefatura de Policía, a las siguientes personas. Director: el señor Jefe de Policía; Profesores: Dr. Antonio J. Gómez Augier, Dr. Jorge L. Jure, Escribano Nacional Waldemar Simensen, Comandante Principal, Luís E. Villegas, Mayor Roberto A. Márquez, Dr. Alfredo J. Gillieri y Dr. Rufino Fernández.

La documentación encontrada es escasa, pero se pudo comprobar que terminado el gobierno del General de Ejército Juan Domingo Perón, la Escuela de Capacitación Policial siguió funcionando, pero ya sin el nombre anterior, solo como “Escuela de Policía ”, durante los años 1956 y hasta el 30 de octubre de 1957, época de la llamada “Intervención Federal” cuando Gendarmería Nacional había sido convocada para actuar en el rol de policías en todo el país. Al concluir la Intervención Federal, Gendarmería Nacional se repliega a sus funciones naturales y entrega a las policías provinciales el extenso espacio rural que había estado a su cargo; siendo por entonces nuestro Jefe de Policía el Comandante Principal ® de G. N., don Arturo C. Sierra, quien en vista de “la nota cursada por el Director de la Escuela de Policía, de fecha 15 de octubre en curso, contenida en Expte. Nº 841, Letra “E” por la que solicita… …se contemple la posibilidad de suspender las clases de la Escuela con fecha 30 de octubre” debido a que “existe la circunstancia de que la asistencia de los alumnos se ha mermado considerablemente en razón de que un gran porcentaje de los mismos ha sido afectado a prestar servicio en las Dependencias de la Campaña, debido a la reciente toma de jurisdicción que se ha realizado de varios Departamentos que estaban en poder de Gendarmería Nacional. Que por otra parte, el personal policial inscripto en la Escuela como alumnos, está continuamente por las razones de público conocimiento, recargado de labores, cumpliendo servicios de vigilancia y seguridad en las diversas Seccionales, lo que origina la ausencia justificada de los mismos a las clases y motivando que éstas sean aprovechadas solamente por un muy reducido número de alumnos.”

Por lo que se resolvió disponer que las clases de capacitación que se dictaban en la Escuela de Policía, se clausuren el día 30 de octubre de 1957, solicitándose al Ministerio de Gobierno, Justicia e Instrucción Pública, la aprobación de esa resolución.

De lo expresado se desprende que en esta escuela no existía la modalidad de internado, como en la actual Escuela de Cadetes, sino que era con asistencia obligatoria a clase, con perjuicio del Servicio, o sea que si habían necesidades en las tareas propias de la dependencia donde revistaba el educando, el mismo se veía en la obligación de faltar a clases, previo aviso a las autoridades escolares, quienes también se encontrarían ocupadas en sus tareas naturales, en razón de que los cargos en la Escuela de Capacitación, como en el caso del Director, eran “Ad Honorem” y sin perjuicio de sus labores habituales.

Todo parecía que la Escuela de Policía no iba a tener éxito, pero solo faltaban algunos meses para la inauguración de la escuela que nos acompañará hasta estos días.